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Hasta cuándo estaremos esperando lo que no se nos debe… Y en qué recodo estiraremos
Hasta cuándo la cruz que nos alienta no detendrá sus remos.
Hasta cuándo la duda nos brindará blasones Por haber padecido!…
Ya nos hemos sentado mucho a la mesa, con la amargura de un niño que a media noche, llora de hambre, desvelado… Y cuándo nos veremo con los demás, al borde de una mañana eterna, ¡desayunados todos! Hasta cuándo este valle de lágrimas, a donde yo nunca dije que me trajeran.
De codos todo bañado en llanto, repito cabizbajo y vencido: hasta cuándo la cena durará.
Hay alguien que ha bebido mucho, y se burla, y acerca y aleja de nosotros, como negra cuchara de amarga esencia humana, la tumba…
y meno sabe ese oscuro hasta cuándo la cena durará!
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