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TEXTO ORIGINAL EM ESPANHOL:
Por Alicia Segovia
En el año 2000 ocupé el cargo de Directora de Cultura de la Municipalidad de Puerto Iguazú, por ese entonces había iniciado la búsqueda de fotografías antiguas de Iguazú para realizar una exposición.
Abocada en esa pesquisa realicé una visita a la madre del conservacionista e indigenista Dr.Luís Honorio Rolón.
Doña Alejandra me acercó muy amablemente una caja con fotografías, revisando las mismas una llamó particularmente mi atención, en la fotografía se podía apreciar a tres personas haciendo acrobacias en el aire en las cataratas.
. Llena de asombro pregunté a la señora:
-Y estos quiénes son?…Cuándo sucedió?-
Detrás de la fotografía estaba escrito con tinta (año 1952).
Por ese entonces por estos confines no existía todavía la internet, no había forma de poder investigar más sobre ese suceso.
Pasó mucho tiempo y hace aproximadamente tres años recordé a “los alemanes locos” (así los llamé), ingresando a la internet pude saber más de sus travesías, felizmente gracias a esa visita a la casa del ya fallecido Dr. Luís H. Rolón, esa impresionante historia no se perdió en el tiempo.
La Compañía Circense alemana “Die Zugspitz Artisten”, llegó a la argentina para hacer un recorrido por varias provincias.
La primera exhibición fue en el obelisco, donde sobre un cable tensado de acero caminaron a una altura de casi 70 metros sin red de protección.
En una parte del trayecto se vendaron los ojos haciendo equilibrio con una larga vara, finalizaron la presentación atravesando el cable con una motocicleta.
El extraordinario espectáculo se desarrolló desde la cúspide del Obelisco a la terraza de un edificio cercano.
Perón había contratado a los acróbatas en el marco de los festejos de su segundo mandato.
Cuenta la leyenda que Evita estaba presente pero tuvo que retirarse por su grave estado de salud, por lo que ese fue el último acto público al que asistió.
Falleció un mes después.
Era el año 1952.
Una parte de la compañía circense conformada por los acróbatas: Hilda Littig, Jupp Klein y RolandRumler, luego de la presentación en Buenos Aires partieron rumbo a la provincia de Misiones.
Desde Posadas viajaron hasta las Cataratas del Iguazú, para realizar una exhibición con las mismas características de la realizada en el obelisco.
Se tensó un cable de acero que salía desde el balcón del Paseo Inferior hasta el balcón del Salto Bosetti.
Jugando con la muerte repitieron la proeza sin red de protección, en medio de la exuberante naturaleza.
Una muchacha (Hilda Littig) y dos hombres (Jupp Klein y Roland Rumler) ejecutaron el extraordinario espectáculo.
Sobre el cable de acero Hilda Littig detuvo su motocicleta y debajo de ella, separados del suelo por un vacío cercano a los 100 metros, Klein y Rumler colocaron horizontalmente una escalera cuyo centro de apoyo era un trapecio.
Mientras Rumler parado en un extremo de la escalera mantenía el equilibrio, en el otro extremo Jupp se contorsionaba haciendo acrobacias.
Los “Die ZugspitzArtisten” cuando llegaron a las cataratas ya eran famosos en el mundo por sus arriesgadas acrobacias, una de ellas en el Pan de Azúcar de Río de Janeiro.
La presentación en las Cataratas fue para promocionar empresas cinematográficas y de publicidad.
Yo no pude ver ese increíble show porque todavía no había nacido.
Caso contrario hubiese estado allí de espectadora, abriendo muy grande los ojos admirando el extraordinario espectáculo de esos talentosos “alemanes locos” en medio de la bruma de las maravillosas Cataratas del Iguazú.
Os artistas alemães nas Cataratas do Iguaçu, em 1952. (Fotos: Arq. Geral Argentino)
. TEXTO TRADUZIDO PARA O PORTUGUÊS:
(Alicia Segovia – tradução livre de Guatá) . Em 2000 ocupei o cargo de Diretora de Cultura da Municipalidade de Puerto Iguazú, e por isso havia iniciado uma busca de fotografias antigas de Iguazú para realizar uma exposição.
Mergulhada nesta pesquisa realizei uma visita à mãe do ambientalista e indigenista Dr. Luís Honorio Rolón.
Dona Alejandra me acercou muito amavelmente de uma caixa com fotografias; revisando as mesmas uma chamou particularmente a minha atenção, na fotografia se podia ver três pessoas fazendo acrobacias no nas Cataratas.
Cheia de assombro perguntei à senhora:
– E estes, quem são? Quando isso aconteceu?
Detrás da fotografia estava escrito à tinta, (ano 1952).
Naquele tempo por estes confins não existia todavia a internet, não havia forma de poder investigar mais sobre esse fato.
Passou muito tempo e faz aproximadamente três anos, lembrei os “os alemães loucos” (foi assim que os chamei). Ingressando na internet pude saber mais de suas travessias. Felizmente, graças a essa visita à casa do já falecido Dr. Luís H. Rolón, essa impressionante história não se perdeu no tempo.
A Companhia Circense alemã “Die Zugspitz Artisten”, chegou à Argentina para fazer um roteiro por várias províncias.
A primeira exibição foi no Obelisco [Buenos Aires], onde, sobre um cabo de aço, caminharam a uma altura de quase 70 metros sem rede de proteção.
Em uma parte desse trajeto vendaram os olhos, equilibrando-se com uma longa vara e finalizaram a apresentação atravessando a mesma extensão do cabo tensionado com uma motocicleta.
O extraordinário espetáculo se desenvolveu desde a ponta do Obelisco até um terraço de um edifício vizinho.
Peron tinha contratado os acrobatas no marco dos festejos de seu segundo mandato.
Conta a lenda que Evita estava presente mas teve que se retirar pelo seu grave estado de saúde, tendo sido este o último ato público que assistiu. Faleceu um mês depois.
Era o ano de 1952.
Logo depois da apresentação em Buenos Aires, uma parte da companhia circense, os acrobatas Hilda Littig, Jupp Klein y Roland Rumler, partir rumo à província de Missiones.
Desde Posadas viajaram até as Cataratas do Iguaçu, para realizar uma exibição com as mesmas características daquela realizada no Obelisco.
Foi tensionado um cabo de aço, que saía do balcão do Passeio Inferior até o balcão do Salto Bosetti.
Brincando com a morte repetiram a proeza sem rede de proteção, em meio à exuberante natureza.
Uma mulher, Hilda Littig, e dois homens, Jupp Klein e Roland Rumler, executaram o extraordinário espetáculo.
Sobre o cabo de aço, Hilda Littig deteve sua motocicleta e debaixo dela, separados do chão por um vazio de cerca de 100 metros, Klein e Rumler colocaram horizontalmente uma escada cujo centro de apoio era um trapézio.
Enquanto Rumler parado em uma das extremidades da escada mantinha o equilíbrio, no outro extremo Jupp se contorcia fazendo acrobacias.
Os “Die Zugspitz Artisten” quando chegaram às Cataratas já eram famosos no mundo pelas suas arriscadas acrobacias, uma delas no Pão de Açucar, no Rio de Janeiro.
A apresentação nas Cataratas foi para promover empresas cinematográficas e de publicidade.
Eu não pude ver esse incrível show porque ainda não havia nascido.
Caso contrário, teria estado ali de espectadora, abrindo grandemente os olhos, admirando o extraordinário espetáculo desses talentosos “alemães loucos”, em meio da bruma das maravilhosas Cataratas do Iguaçu.
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