. “Voy a decirlo de entrada para el que quiera entender, son penas muy encimadas el ser pobre y ser mujer…”
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. A Carmen Soler se la encuentra rara vez en los textos de historia o de crítica literarias. Por varios motivos. En primer lugar, por el hecho de haber luchado casi toda su vida contra una de las dictaduras más largas y crueles de nuestra América, la de Alfredo Stroessner (1954-1989), desde claras posiciones ideológicas revolucionarias. Sufrió, así, cárcel, tortura, destierro. Naturalmente, la difusión de sus creaciones poéticas, entrañablemente ligadas a su experiencia de vida y a su militancia, fueron bloqueadas por el aparato represivo del dictador fascista.
. Las dictaduras abominan de cualquier expresión crítica, de toda oposición, de toda propuesta de cambio hacia una sociedad más justa. Y persiguió con saña feroz, especialmente, al Partido Comunista y sus militantes.
. Si en el orden político y social la dictadura le hizo pagar un alto precio por haberse enfrentado a ella, los aparatos de estado hicieron el resto en cuanto a su expresión poética. Las poesías de Carmen Soler, comunista, no podían publicarse en su patria, donde eran prácticamente desconocidas.
. De una forma más sutil, amparada en el manto del esteticismo y la pedantería académica, sus producciones resultaban impotables para el sistema cultural dominado por los intereses de la clase dominante. Se las veía lastradas por una temática que olía a pueblo, a sudor, a rebelión, a anhelos de justicia y libertad. Desde este punto de vista, eso no era poesía.
. Fuera del Paraguay, Carmen Soler tuvo un poco más de audiencia. No la suficiente, a la luz de una nueva mirada crítica. No fue acogida por las grandes editoriales, ni siquiera por aquellas vinculadas a su propia línea política. Ella misma, Carmen, no parece haberse molestado en llamar a las puertas de las empresas y los organismos que acogen y propician la producción literaria. Sus libros principales aparecieron sólo después de su muerte, gracias al empeño de familiares y amigos.
. La poesía como arma de liberación – Los textos poéticos de Carmen Soler no nacieron en gabinetes cerrados a la luz de la vida sino en la vanguardia de la lucha revolucionaria. No quiero decir que su práctica haya estado ajena a un ámbito de valores más altos que los que hallamos en los panfletos habituales, sea en el campo de la literatura, sea en la vida cultural. Para entender la especial dimensión que adquieren ante una mirada de más largo alcance, conviene evitar la reducción de sus creaciones al ámbito de la poesía social o política. Pero tampoco se la ha de despojar de esa vertebración revolucionaria que la convierte en una de las figuras más interesantes de la poesía paraguaya. Su temática es amplia y en ella se dan, sin desmedro alguno, expresiones ligadas profundamente a su pasión por el pueblo.
. En esta poesía de amplio espectro temático, expresivo y semántico, se dan también, más allá o más acá de los textos de denuncia y combate, poemas de amor, de solidaridad y compasión humana de hondo temple anímico.
. Un estudio más riguroso de su contenido y de sus rasgos expresivos, debería contar con precisiones que por falta de datos fidedignos sobre su proceso genético hoy no podemos todavía asumir. Sin embargo, cabe esperar que este primer intento de recuperar y reunir la mayor parte de su producción poética tenga continuidad en trabajos de más largo aliento.
. Entretanto, se puede afirmar que el volumen de sus Poesías reunidas nos pone en presencia de una experiencia creadora insoslayable y que en sus mejores momentos alcanza esa plenitud expresiva que sólo se da en los grandes poetas.
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