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Vivimos en una era en que los jóvenesno somos escuchados,
nos abrimos al mundo a ponchazos y patadas, en el que cada vez más vamos envejeciendo.
Envejecemos por el propio peso de la carga,
un presente, futuro y el pasado de otros.
Pasado que heredamos por arte de magia, generación espontánea.
Pasado que se escribe en los libros de historia, tinta roja, color sangre.
Luchamos de diferentes manera, unos elevan su voz tan fuerte hasta quedar afónicos, otros se reflejan en los libros predicando su palabra, unos pocos piensan que son únicos en su especie y lo que no se dan cuenta es que son iguales a todos.
Pero lo mas preocupantes son aquellos que callan, no se expresan, tienen miedo.
Miedo a la vida, miedo a la muerte miedo a la lucha, miedo…
Se han dejado dominar, han vivido a lo largo de los años, pasan por abusos y represión, ellos no hablan, no se expresan, no son jóvenes.
Son plantas llevadas por el agua y el aire, nunca se queman porque no sienten.
Existe en ellos la no existencia reflejada por la angustia infinita Ellos son herederos y reproductores del silencio, del conformismo
En fin… son la muerte en vida
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