Del 16 a 19 de este mes decidí experimentar unos días fuera de la zona en la que vivo, el departamento de Caaguazú ubicado en el centro-este o corazón de Paraguay. La idea: compartir una investigación sobre el cine paraguayo vinculado a Augusto Roa Bastos , mi libro de poesías y armar una red de gestores culturales de frontera. Ya el mes pasado había ido a Buenos Aires. Los obsesivos controles de la frontera ante un supuesto “atentado” contra el presidente Macri generaron en mí cierta paranoia antes de cruzar la frontera con Brasil. En la agencia de viajes me dijeron que debía llevar la invitación al congreso al que iba para “justificar” mi entrada si me preguntaban. Por cierto, no me dieron mi pase y me cobraron una multa en la aduana argentino-paraguaya.
“Hoy crucé un ratito a Paraguay. Demasiado quería comer caldo borí borí de gallina. Al toque encontré en un puestito cruzando el puente.” [ Artista paraguayo radicado en Foz]
Me sorprendió la ausencia total de controles para cruzar, incluso a pie, la frontera con el Brasil. Estando en Foz do Iguaçu no tardé en comprender que a veces las fronteras se diluyen en nombre del capital. Entonces , no se tratan de vínculos entre pueblos vecinos, sino de complejas transacciones comerciales, donde el otro es reconocido por su cualidad de cliente.
“Este cigarillo que estamos fumando es de Cartes. Es el que vas a ver fumando a la mayoría de los estudiantes por que es el más barato…” [Estudiante paraguayo radicado en Foz]
Pegar o ónibus pra Paraguai En el hostal donde me hospedé reconocí a muchos argentinos y brasileños. Todos ellos en realidad tenían como destino Ciudad del Este y sus ofertas, unos pocos visirarían las Cataratas. Ninguno mencionó algún atractivo artístico-cultural. Apenas esperando frente a la parada de un conocido shopping puede dejar de falar en portunhol y al rato subir a un “ónibus pra Paraguai” donde , en guaraníes, uno paga al chofer que en medio de unas polcas en la radio te contará que el bus cruza la frontera rumbo a Ciudad del Este. ¿A quienes interesan entonces las fronteras y límites, las tasas impositivas y los controles?. Llegué a Hernandarias el domingo y pude disfrutar de una peña con amigos y un grandioso musico de Curitiba que tocó a Bach en clave de Choro. Fueron las primeras experiencias para empezar a percibir la maleabilidad de las fronteras. En medio de una lluviosa tarde, a pocos metros de un emporio comercial me sorprendí con un muro grafitteado con imagenes y poesias de Paulo Leminski en guaraní y portugués. Lo interpreté como una señal de las poéticas territoriales y no me equivoqué. Siguiendo esa Avenida llamada República Argentina uno se encuentra con un bar administrado por una pareja chileno-paraguaya. “Sudacas” es el bar donde se realizan tertulias literarias promovidas por la UNILA. Allí entre cerveza y mandioca frita me enteré de la terrible embestida del gobierno de Temer ante este proyecto de integración latinoamericana más allá de los mercados. Va para ellos todo mi apoyo y compromiso. El frío de la noche mas gélida del año no pudo contra la guitarra;la poesía y el cine paraguayo , los recuerdos de un novelista mexicano sobre su natal Tijuana y la poesía ante el narco, las imaginarias conexiones entre el guaraní y el euskera, el gris del invierno en la melancólica paz de una amiga uruguaya. Quiero recuperar la dimensión de resistencia y contracultura en Foz do Iguaçu. Especialmente la que llevan adelante los amigos de la Revista Guatá, los músicos residentes allí, la oficina permanente de talleres literarios de la UNILA y todos aquellos que humanizan los vínculos y así rompen las barreras linguísticas y geográficas inventando nuevos códigos, territorios y lenguajes. Las jornadas terminaron en Ciudad del Este ( o comenzarán de vuelta, si las abordamos dialécticamente). Allí, el El bar Dal , poetas, musicos, teatreros cineastas y gestores culturales se dieron cita en torno a un fogón. Acompañados de guaranias de Flores y poemas de Elvio Romero,ese Paraguay imaginado desde la migración y el exilio emergió para que discutiéramos sobre nacionalismo, sobre subjetividades de frontera , sobre redes y resistencias necesarias, sobre próximos encuentros. Durante el Stronismo se puso a circular un imaginario de la “reconstrucción” que apeló a la idea de progreso materializada en la vía asfáltica de la ruta VII y que tuvo su punto culminante con la represa de Itaipú. Esa “marcha al este” significó arrasar con la ecología, los pueblos indígenas y las culturas campesinas de Caaguazú y Alto Paraná. Necesitamos reconocernos desde otros caminos y esos caminos solo los conoceremos si los empezamos a transitar. Ja guatáma hina oñondivé. A muambería no acabou…
María Ajos, Paraguay 21/7 /2017
Leia também M’beru, poema de Maria Zaracho Robertti, publicado na Escrita 47 _______________________ María Zaracho Robertti é psicóloga, escritora, cinéfila e mestranda em Antropologia. Vive em Coronel Oviedo, PY.
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